El fuego era un elemento de capital importancia en la antiguedad, pues resultaba muy dificil volver a encenderlo. Durante el imperio romano, se establecio en Roma un
templo en el cual se mantenia continuamente la llama sagrada, consagrada a la deidad Vesta.
El fuego de Vesta, permitia alimentar el fuego de todos los hogares.
El fuego de Vesta, permitia alimentar el fuego de todos los hogares.
Fuego Sagrado en el Templo de Vesta
Vesta, era la diosa del fuego, de la tierra, del humo y los hogares, convirtiendose en una deidad central en la piedad romana. Dionisio de Halicarnaso, nos refiere como los romanos
creían que el fuego estaba íntimamente vinculado con la fortuna de la ciudad y la extinción del fuego sagrado era una premonición de desastre.
Para mantener el fuego encendido se necesitaba personal que lo atendiese y los romanos establecieron que el mismo seria cuidado por unas sacerdotisas llamadas Vestales. En principio, esta labor era desempeñada por las hijas de los reyes romanos y en la casas particulares por las hijas más jovenes. La importancia de mantener el fuego sagrado, aumento y se selecionaron jovenes escogidas entre las clases.
Para mantener el fuego encendido se necesitaba personal que lo atendiese y los romanos establecieron que el mismo seria cuidado por unas sacerdotisas llamadas Vestales. En principio, esta labor era desempeñada por las hijas de los reyes romanos y en la casas particulares por las hijas más jovenes. La importancia de mantener el fuego sagrado, aumento y se selecionaron jovenes escogidas entre las clases.

En el templo de Vesta, óleo de Constantin Hölscher-
altas, que se seleccionaban entre los 6 y 10 años y debian ser niñas perfectas y virgenes a las cuales se les sometia a un aprendizaje durante 10 años.
En principio fueron 2, despues 4 y terminaron siendo 6 las vestales que cuidaban de que no se apagase el fuego sagrado y en caso de apagarse, se le sometia a la vestal culpable del hecho a severos castigos, que inicialmente consistio en la lapidación y despues se les azotaba públicamente.
Para volver a encender el fuego era necesario que se reuníese el Senado, se discutian las causas, se ponian remedios y se expiaba el templo antes de proceder a volver a encender el fuego, usando la luz solar, reflejada por unos espejos como fuente de ignición del fuego sagrado.
La necesidad del fuego, el origen del fuego sagrado.
En origen del fuego sagrado, esta en la necesidad de mantener un fuego central para el bienestar doméstico, pues era más facil mantener un fuego constantemente que volver a
encenderlo. El culto de Vesta creció a partir de esta práctica. El cargo de vestal, que cuidaban del fuego sagrado, era desempeñado en origen por las
hijas del rey de Roma, quienes, como otras jóvenes romanas, estaban encargadas de cuidar el fuego del hogar.
El fuego en el templo de Vesta, que era representada ella misma como una llama viva (Ovidio, Fastos, VI), era por tanto el fuego del hogar de la ciudad. Como la extinción del fuego del hogar era una desgracia para una familia, de la misma manera la extinción de la llama de Vesta se pensaba que traía consigo un desastre nacional para Roma, lo que explica el severo castigo a que se sometia a las vestal que permitiese que se apagese el fuego sagrado.
El fuego sagrado ardía en el templo circular de Vesta, que fue construido en época anterior a la República romana y estaba en el foro romano bajo la colina Aventina.
El fuego en el templo de Vesta, que era representada ella misma como una llama viva (Ovidio, Fastos, VI), era por tanto el fuego del hogar de la ciudad. Como la extinción del fuego del hogar era una desgracia para una familia, de la misma manera la extinción de la llama de Vesta se pensaba que traía consigo un desastre nacional para Roma, lo que explica el severo castigo a que se sometia a las vestal que permitiese que se apagese el fuego sagrado.
El fuego sagrado ardía en el templo circular de Vesta, que fue construido en época anterior a la República romana y estaba en el foro romano bajo la colina Aventina.

En el templo, se hallaban objetos sagrados y el paladio que era una estatua de Palas Atenea, supuestamente llevada por Eneas desde Troya.
El templo ardió completamente al menos en cuatro ocasiones y se incendió en otras dos. El actual templo, restaurado en el siglo XX, data del año 191, cuando Julia Domna, esposa del emperador Septimio Severo, ordenó una detallada reconstrucción.
Los ritos de Vesta acabaron en el año 394 cuando la llama sagrada fue apagada por iniciativa de Teodosio I después de ganar la Batalla del Frígido derrotando a Eugenio y Arbogastes. Cuando el fuego se apagó las vírgenes vestales fueron licenciadas por orden de Teodosio I.
La conservación del fuego sagrado
En el templo solo habitaban las Vestales y las esclavas al servicio de las Vestales.
Habia esclavas encargadas de avisar y en su caso despertar a la vestal que le correspondia hacer guardia para mantener el fuego sagrado.
Las Vestales tenian ser expertas en cuidar el fuego, de forma que mantuviese una llama continua, pero debian evitar grandes llamas que pudiesen provocar incendios. El Templo de Vesta ardio cuatro veces y tuvo que ser reconstruido.
Durante los 10 años de aprendizaje, adquirian un gran conocimiento del fuego, mezclando maderas secas, maderas mojadas, ramas delgadas secas y hojas secas, con el fin de reanimar el fuego o disminuri su intensidad.
El fuego de Vesta era público y las matronas romanas podian solicitar, que les entregaran brasas o delgados troncos encendidos, para portarlos hasta su hogar y encender el fuego.
Habia esclavas encargadas de avisar y en su caso despertar a la vestal que le correspondia hacer guardia para mantener el fuego sagrado.
Las Vestales tenian ser expertas en cuidar el fuego, de forma que mantuviese una llama continua, pero debian evitar grandes llamas que pudiesen provocar incendios. El Templo de Vesta ardio cuatro veces y tuvo que ser reconstruido.
Durante los 10 años de aprendizaje, adquirian un gran conocimiento del fuego, mezclando maderas secas, maderas mojadas, ramas delgadas secas y hojas secas, con el fin de reanimar el fuego o disminuri su intensidad.
El fuego de Vesta era público y las matronas romanas podian solicitar, que les entregaran brasas o delgados troncos encendidos, para portarlos hasta su hogar y encender el fuego.

El Máximo Pontifice, flagela a una Vestal